
Calabacín es un niño valiente que después de perder a su madre tiene que ingresar en un hogar de acogida, con otros niños huérfanos de su edad. Realizada en Stop Motion, es increíble como, con una mezcla entre ternura y comedia, vemos la vida de estos niños y les coges tanto cariño como si fuera una película con actores. La realización es sorprendente cuidada y luego la técnica de stop motion tiene que tener un esfuerzo tremendo. Pero todo está muy cuidado para contar la historia de este niño y que recomiendo que veais.
Una película para todos los públicos, en la que no sé si me tocó con el día tonto, pero reconozco que los títulos de crédito del final los vi empañados a través de las gotas que caían de mis ojos.
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