lunes, 19 de diciembre de 2011

Homenaje a Manuel Jalón

Este fin de semana ha fallecido Manuel Jalón. El empresario ha muerto en Zaragoza a los 86 años. Supongo que viendo la foto y escuchando su nombre os preguntaréis quién era este hombre. Ahora os lo cuento y después de leer la entrada diréis: "este tio fue un genio, descanse en paz".


Nacido en Logroño en 1925 puede pasar a la historia como muchas cosas, pero sin duda una de las que más orgulloso se sentiría es por haber sido un empresario humanista. Con dos guerras a sus espaldas –la civil española y la “segunda” mundial– que le marcaron notablemente, se embarcó en el Ejército del aire, lo que no sólo le permitió titularse como ingeniero aeronáutico, sino ser uno de los primeros técnicos españoles que a principios de los cincuenta se desplazó a Estados Unidos para traerse desde allí los primeros “aviones a reacción” que utilizaría el ejército español.

Pero no sólo se trajo los reactores. Como buen observador, se empapó de las formas de vida de una sociedad que terminarían imponiéndose en el mundo entero durante las décadas siguientes.

Cuando volvió en un taller del centro de Zaragoza, en 1956, creó uno de los inventos españoles más famosos: la fregona. Es curioso que dos de los principales inventos comerciales españoles, que más vueltas handa dado por el mundo, estén basados en un palo: la fregona y el chupa-chups. En realidad se trataba de una mejora de los modelos americanos, adaptándolos a las necesidades y los gustos españoles. Eran más pequeñas, bonitas y económicas y en poco tiempo de mucho menor peso ya que les alcanzó de lleno la invasión del plástico de aquellos años.

Emprededor nato, poseía también otras patentes como la jeringuilla desechable. Y si como emprendedor fue un adelantado por sus innovaciones, no se quedaban atras sus observaciones de la realidad y sus críticas a una clase política que consideraba demasiado vinculada a las profesiones teóricas y administrativas. A finales de los ochenta, criticaba la escasa presencia de empresarios en el Congreso y le gustaba preguntar por el número de empleos que habían creado los miembros del Congreso y el Senado.

Uno de sus comentarios en un libro que escribió un poco antes de morir fue la pregunta: "¿Habrá fregonas en el cielo?" Es probable que su creador lo esté comprobando en estos momentos.

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