Hoy os traído un poco de cultura popular española que me tocó vivir en esta Semana Santa en Alicante. Llevo varias semanas queriéndolo poner y siempre o se me pasa o no tengo tiempo, así que hasta hoy no lo he puesto. Hoy va a ser el día :-)
En Semana Santa estuve este año disfrutando del sol en Torrevieja con mis padres. A la tarde, después de pasar la mañana en la playa, siempre paseábamos o íbamos a conocer algún pueblo de alrededor. El sábado Santo tocó Orihuela con tan buena suerte que además de conocer el pueblo que es muy bonito (nunca había visto una catedral más pequeña que esa :-)) pudimos disfrutar de una procesión curiosa. Curiosa por un paso que sale ese día. El nombre oficial del paso es el de ‘La cruz de los labradores’ o ‘Triunfo de la cruz’, pero a nivel popular todo el mundo lo conoce como ‘La Diablesa’ y lleva desde 1695 saliendo en procesión.
El paso –una talla del escultor Nicolás de Bussy, natural de Estrasburgo pero asentado en el levante español–, representa una gran cruz apoyada sobre unas nubes con pequeños ángeles a su alrededor, una esfera del mundo y dos tétricas figuras: un esqueleto y una figura de Satanás con alas de murciélago y pechos femeninos.
Es esta última figura la que ha dado lugar al llamativo nombre con el que hoy todo el mundo conoce la obra. Pero a pesar de su singular aspecto, en realidad la talla no tiene nada de diabólica, ya que, encargada al artista francés por el gremio de labradores de la localidad, intenta representar el triunfo de la cruz sobre el mundo, la muerte (la figura del esqueleto) y el demonio (la diablesa).
La obra forma parte de la procesión del Santo Entierro, pero además de su peculiar mote, cuenta con otras peculiaridades. Debido a la presencia de “la diablesa”, el paso no tiene permitido el acceso a templo alguno de la localidad, por lo que mientras el resto de pasos penetran en la catedral para la celebración de la misa, este paso permanece en el exterior. Al final de
la ceremonia el paso se une de nuevo al resto de cofradías, continuando con la procesión. Por esta razón –al menos así se cuenta en la localidad–, “la Diablesa” permanece el resto del año en el interior del Museo de la Semana Santa, y no en el interior de un templo.
Curiosidades al margen, esta llamativa obra de arte cuenta también con una azarosa historia a sus espaldas. Pocos años después de su creación, en 1706, la talla resultó dañada durante un incendio que se originó durante uno de los episodios de la Guerra de Sucesión.
Por suerte los daños no fueron irreparables, y la imagen continuó procesionando en los años siguientes. No fue ésta la única ocasión en que la pieza estuvo a punto de desaparecer, pues en la guerra Civil también sufrió algunos desperfectos. De hecho, algunos autores señalan que el esqueleto que representa a la muerte fue empleado durante la guerra por un maestro local para dar clases de anatomía.
El caso es que tuvimos suerte de ver el único demonio del que se tiene constancia en toda España que haya sido representado en un paso con forma humana. Os lo muestro con fotos que saque yo mismo. Algo original y curioso...
