Caserio Arro

Ayer fue un día completo. A la mañana fuimos mis padres y yo a conocer el caserio "Arro". Es un caserio de Leitza, una casa tradicional del siglo XVII típica de la zona de montaña con explotación ganadera. Está compuesta por una planta baja que se utiliza como cuadra para el ganado, una primera planta noble que sirve de vivienda y una segunda constituida por el desván, donde se almacena la hierba seca.

La visita tenía una duración aproximada de hora y media. Primero se visitaban los animales. Los burros eran dignos de ver, las ovejas escaparon por el prado y no pudimos acercarnos, las ocas y gallinas salieron en estampida de su refugio, la cerda madre con sus pequeños rositas que fueron los que más nos gustaron, y el gran hermano del cerdo de Santo Tomás de Donosti que nos enseño los "percings" que tenía en la boca para no hacer agujeros grandes en el terreno. Todos ellos son los que normalmente veis en espectaculos en pueblos. Por ejemplo los animales del Olentzero de Pamplona son de este caserio. Alrededor un prado con nogales, castaños, menta y multitud de plantas y árboles más. Los frutos de los árboles había que madrugar para cogerlos, porque sino las ocas, gallinas, cerdos y demás se los ventilaban. Allí no se perdía nada.

Después se explicaba qué es un talo y comimos unos recien hechos con txistorra que nos preparo Cristina Saralegi que era la dueña del caserio. Sí, sí, Saralegi, hermana del famoso levantador de piedras, pero es que todos los hermanos hacían deporte rural y encima ganando un montón de trofeos. Pudimos ver algunos de su padre y de ella y lo que más llama la atención del caserio la gran colección de cencerros que colgaban en la sala.

La verdad es que fue una visita que mereció la pena. Por cierto "Arro" significa en euskera arrogante, altanero. Era así como llamaban la gente del pueblo de Leitza a los primeros habitantes del casserio por irse del centro urbano del pueblo a vivir a una casa en medio del monte.

De allí a Donosti, al festival, pero ya eso lo dejo para mañana.