El pasado sábado 26 de septiembre que se celebraba San Fermin Txikito, empezó el día con el secuestro de la barra por culpa de la sin razón del ayuntamiento, con una asamblea vecinal en la que se decidió que se seguía adelante, y con una concentración y kalejira en el Ayuntamiento que superó cualquier expectativa, el barrio del casco viejo estaba hablando, y lo que decía era que nadie podría parar nuestras fiestas.
A las siete de la tarde un grupo de 5 niños, de unos 10 años, decide que es hora de que ellos también hagan algo, porque estas fiestas son de todo el barrio, sin importar su edad, y se juntan en la calle del Carmen a la altura de la calle Aldapa para hacer un concierto.
Resulta difícil imaginar como 5 niños de esa edad hacen un concierto, o de donde sacaron una tapa de nocilla para después de su actuación, pasar pidiendo dinero por la gente que había por allí, pero lo que resultará realmente extraño para una persona que no sea de este barrio es que con el dinero que recaudaron, 5,60 euros, en lugar de ir a comprar petardos, o unas chucherías, decidieran ir a la oficina de la Comisión de Fiestas para entregar ese dinero, “porque ellos también querían ayudar”.
Sería difícil explicar lo que sintieron las personas que estaban en la oficina al ver eso, más difícil aun cuando tras entregar el dinero los niños se hincharon de orgullo y se fueron por donde habían venido, sin pedir nada, sin explicar nada, ya habían hecho lo que querían, ayudar.
Tras vivir semejante experiencia solo nos queda pensar una cosa, que esta batalla que el Ayuntamiento se ha inventado esta más que ganada, que si se llevan una barra se montará otra, que si vienen con multas se sacará dinero de debajo de las piedras, porque quienes mandan vienen y van, pero esos niños demuestran que el barrio seguirá ahí, reclamando lo que es suyo, año tras año hasta conseguirlo.
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