martes, 4 de julio de 2017

Faltan dos días. Microrrelato del mes

Para esta entrada voy a poner dos microrrelatos del IX Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín. Uno es el ganador, que me ha gustado mucho. Se titula
la carrera y repasa un poco todas las cosas de la fiesta con una comparación que al final saldremos de dudas.

La carrera – Xabier Sancho

Se susurró la palabra mágica en el oído preciso y, tras el estruendo, la atrancada compuerta por el desuso cedió aquella mañana del 7 de julio en la que, al fin, salí corriendo por las calles de aquella ciudad desconocida.

Vaya que si corrí, corrí como los mejores, determinado, astuto, sólo cabeza.

Corrí como corre el vino fresco por la garganta reseca, casi sin aliento del tenor improvisado, o como corre un niño, mitad alegría mitad pánico, cuando intuye tras de sí, verga en mano, mueca eterna, la sobrenatural presencia del kiliki.

Corrí con las ganas de llorar con las que corren los que sienten, corrí por existir, porque quiero vivir los Sanfermines, corrí por los gigantes, los cabezudos, corrí para besarme en los fuegos, corrí por los encierros, las verbenas, corrí porque me gusta esta ciudad, la faja, el pañuelo, ser uno más de ellos.

Sigo corriendo, porque ya veo la plaza, y un punto vulnerable en su estructura, acelero el ritmo, estoy cerca, soy el más fuerte, esprinto, salto, esquivo unos últimos contrincantes y entre abucheos me cuelo el primero en la plaza.

Victorioso y exhausto troto hasta el centro, me acurruco en el suelo y duermo.

Naceré en Abril.

Aquí os dejo el segundo y el tercero clasificados, aunque a mi la verdad es que no me gustan tanto como este primero.

Y en segundo lugar os enseño el mio, el que presente yo. Tampoco es nada del otro mundo, pero espero que  os guste.

El amigo que se fue 

La gente se acerca poco a poco, cada vez hay más ruido y las canciones y gritos se van entonando hasta que suena el cohete. Y entonces la alegría se dispersa por la ciudad. La gente canta, pide agua por nuestra calle.

Después de comer me daba una vuelta. Horroroso el olor a alcohol que te llega al abrir el portal. Pero te acostumbras y oyes una txaranga para seguirla y disfrutar de su música. Y el tiempo se te escapa y cuando oyes esos estallidos en el cielo con los que sabes que ya son las once, es hora de volver a casa a través de la gente que disfruta de las canciones de los bares desde la calle.

Este año será diferente, Lur me dejó en primavera tras 10 años de convivencia y mañana no sé si podré bajar esas escaleras para darme de frente con el jolgorio sin él. Hace un mes vino Zeus, pero no tengo tanta confianza con él, aunque ahora parece que sabe lo que estoy pensando. Sus ladridos me dan ánimos para que vuelva a vivir lo de cada año. 

Sí, mañana saldré, él me guiará a través de la marabunta y cantaré a San Fermín.

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