lunes, 18 de enero de 2016

Alan Rickman

La semana pasada fue nefasta. Si al principio nos dejaba una estrella de la música, al final de la semana volvíamos a tener una mala noticia. Otra vez el cáncer acababa con una persona que era un genio en lo suyo. Se iba uno de los actores secundarios más buenos del mundo del cine.

Alan Rickman con su voz grave, su dicción perfecta, su mirada enigmática y su presencia imponente le convirtieron en el villano perfecto junto a Gary Oldman. Hizo frente a Bruce Willis en Jungla de Cristal y fue el sheriff de Nottingham en el Robin Hood de Kevin Kostner (papel que le valió un premio Bafta en 1991) y luego hizo de profesor Snape en toda la saga de Harry Potter, donde siempre también dio la sensación de ser malo, aunque después no lo fuera. 

Además de ser villano, hizo también otras películas, apareció en Sentido y sensibilidad,de Ang Lee, en Love, actually, fue el malvado juez Turpin de Sweeney Todd de Tim Burton. Con este último puso su voz profunda a la oruga azul del país de las maravillas en la película que hizo de Alicia y la que está también por estrenar. Y a todo esto habría que añadir su papel de Rasputín en el telefilme de HBO de 1996, que le valió un Globo de Oro y un Emmy.

También ha dejado una película hecha sin estrenar (además de la secuela de Alicia de Tim Burton), Eye in the sky, un thriller en el que comparte cartel con Helen Mirren y Aaron Paul, que habrá que ver.

Y aunque le conocemos más por el cine, el británico siempre fue un actor de teatro con varias nominaciones a los Tonys. Este finde le hemos rendido homenaje viendo Robin Hood, Principe de los ladrones y Love, Actually. Seguro que revisionaremos películas suyas siempre. 

Alan, allí dónde estés, ¡¡muchas gracias!!

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