Abraham llevó a su hijo al desierto... Lo ató a un árbol y comenzó a hacer una fogata debajo de sus pies. De las alturas una voz retumbó:
- Abraham, Abraham que haces?
- Señor, estoy sacrificando a mi hijo, conforme a tu voluntad.
- No Abraham, yo solo quería medir tu fe.
- Pero Señor...
- ¡¡¡¡¡ Suelta al niño !!!!!
Abraham soltó a su hijo que salió corriendo. Mientras el niño corría Abraham gritaba:
- Vuelve, hijo. Vuelve, el Señor te liberó!!!!
El niño paró bien lejos, y gritó:
- ¿Liberó?¡¡¡un carajo!!! ¡Si yo no fuera ventrílocuo estaría quemado!
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