Y en estos últimos años hemos tenido la mala suerte de que sólo hemos visitado el pueblo en momentos muy malos. La muerte se ha cebado en los últimos años con la familia y siempre veías a los primos, tios, y demás familias en funerales.
El otro día algo cambió. Fuimos por algo alegre. Una comida que espero celebremos a partir de ahora todos los años. Allí estabamos todos. Mi abuela con sus hermanas, cada una con sus hijos e hijas e incluso algunos nietos. Es cierto que no estabamos todos, porque hay gente que hemos dejado por el camino e incluso gente que no pudo acudir, pero si que estabamos casi todos. Fue bonito. El árbol genealógico que repartió Mila fue una de las cosas más emotivas. Allí estabamos todos reflejados. Descubrimos que casi todos eramos primos segundos y no tios y sobrinos segundos. También que algunos no eramos nada (bueno primos terceros). Allí estuvimos los que nos apellidamos bien de primero, de segundo, de tercero o incluso de cuarto como yo, Jaurrieta.
Nos lo pasamos muy bien y como decía espero que lo repitamos. Y para mostrar lo bien que lo pasamos podemos poner una de las canciones que se cantó después de la comida. Es una jota en euskera que cantaron Mila y Fabian. Me gusta porque agrupa una de las canciones más sentidas que hay en Navarra y que es sobretodo tipica de la Ribera Navarra y la lengua que se habla más en el norte de Nafarroa.
Allí va. Espero que os guste!!!
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