Quizá no es tan recordada como las ficciones anteriores y su calidad diste mucho de las demás, pero hay que reconocerle al menos la originalidad de su punto de partida.
Duraron seis temporadas a base de enredos amorosos y tramas detectivescas. Pero lo que perdura en el recuerdo son sus persecuciones interminables por las callejuelas de Santa Mónica. Más de uno intentó imitarlos y un buen puñado se fue al suelo.
La serie, que se emitió durante varios veranos sobre todo en las televisiones autonómicas, nació sin muchas pretensiones.
Seguramente los productores, ni en sus mejores sueños, hubiesen imaginado que la serie daría para 101 episodios. Pero en verano, los gustos del público se hacen aún más imprevisibles y parece que haya trozos de pastel para todos.
Que existan policías que subidos a una bicicleta logren coger al malo montado en moto es algo a valorar, cuanto menos. Con esto ya estará más que claro, ¿no? Con esta serie cerramos esta sección que ya llega el otoño y no tiene sentido más series de verano.
Duraron seis temporadas a base de enredos amorosos y tramas detectivescas. Pero lo que perdura en el recuerdo son sus persecuciones interminables por las callejuelas de Santa Mónica. Más de uno intentó imitarlos y un buen puñado se fue al suelo.
La serie, que se emitió durante varios veranos sobre todo en las televisiones autonómicas, nació sin muchas pretensiones.
Seguramente los productores, ni en sus mejores sueños, hubiesen imaginado que la serie daría para 101 episodios. Pero en verano, los gustos del público se hacen aún más imprevisibles y parece que haya trozos de pastel para todos.
Que existan policías que subidos a una bicicleta logren coger al malo montado en moto es algo a valorar, cuanto menos. Con esto ya estará más que claro, ¿no? Con esta serie cerramos esta sección que ya llega el otoño y no tiene sentido más series de verano.
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