Hoy me he levantado y me ha caído como plomo la noticia de que Robin Williams había muerto. Y no sólo eso, sino que los indicios dicen que se puede haber suicidado. Si que es cierto que ultimamente ya no tenía muchas películas para hacer y que había decaído en sus papeles, pero Robin siempre será un icono para mí.
Ese payaso de la risa en "Patch Adams", los profesores que siempre quisimos tener en "El indomable Will Hunting" y "El club de los poetas muertos", el niño con cuerpo de adulto llamado "Jack", el Peter Pan adulto de "Hook", el hombre que para estar con sus hijos se disfrazaba de mujer en "Señora Doubtfire", un doctor chiflado en "Flubber", un gay del espectáculo en "Una jaula de grillos", el padre de "Jumanji" , el "Popeye" de Altman, una película que es mejor de lo que la trató el publico, en papeles menos cómicos como "Despertares" y "El rey pescador", dos peliculones que igual reviso, y secundarios que deseabas ver más en la película, pero que no salían mucho, como el médico loco de "Nueve meses" o como ese personaje borroso en la genial "Desmontando a Harry" y por supuesto ese reportero de radio en medio de una guerra que ponía el punto de relax a los soldados en "Good morning, Vietnam".
Hoy es el día que hay que subirse a una mesa y gritar desde allí "¡Oh capitán! ¡mi capitán!" ¡Adios Robin!
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