Lo que empezó como una broma se ha convertido en la durísima constatación de un drama del S.XXI: no sabemos estar sin un móvil en las manos.
Así comienza el relato de los creadores del primer teléfono sin teléfono, el ingenioso y mordaz noPhone. Físicamente, recuerda a la carcasa vacía de un terminal de Apple, pero sus creadores aseguran que no, que de momento es solo un prototipo impreso en 3D y que ni siquiera está a la venta. Lo mejor es que mucha gente quería comprar la broma.
Todo empezó en un bar donde solían pasar el rato un grupo de amigos tratando de socializar lo que hoy en día se refiere a quedarse embobados mirando los móviles y ocasionalmente levantar la vista de las pantallas para pedir otra ronda. Que levante la mano el que jamás haya vivido una escena similar a la descrita. De hecho, la página web del proyecto tiene una descripción del no-móvil que es insuperable: «Con un diseño delgado, liviano y totalmente sin cables, el noPhone actúa como un sucedáneo de cualquier dispositivo móvil inteligente, posibilitando que siempre tengas un rectángulo suave y frío de plástico que agarrar sin renunciar a cualquier posible interacción con tu entorno directo. No vuelvas experimentar la turbadora sensación de carne contra carne cuando cierres tu mano».
Es el parche de nicotina de la era móvil, de los que viven sin vivir en sí por culpa de las notificaciones. ¿A qué llegaremos?
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