Como podéis ver en el vídeo de Nilaveli fuimos a Sigiriya con coche. Ese iba a ser nuestro campamento base durante tres días, donde podríamos dejar las mochilas y no llevarlas siempre encima.
Allí vivimos, literalmente en una casa hecha en un árbol. Conocimos a la familia que llevaba ese albergue que nos trataron maravillosamente y que nos dieron de cenar muy bien (todavía incluso sin picante....)
El mismo chico que llevaba el alojamiento nos pidió un tuk-tuk para ir a una ciudad a media hora de Sigiriya, Dambulla, donde veríamos "Templo de Oro de Dambulla". Un lugar Patrimonio de la Humanidad donde veríamos un complejo de cuevas con templos en su interior, en el más grande y mejor conservado de Sri Lanka. Aunque hay más de 80 cuevas documentadas en los alrededores. La principal atracción son 5 cuevas, que contienen estatuas y pinturas.
Estas pinturas y estatuas están relacionadas con Buda y su vida.
Al llegar a Danbulla vimos un buda dorado gigantesco. Allí estaba la entrada al Templo de oro. Cogimos las entradas y empezamos la ascensión por unas escaleras empinadas que nos llevarían a las cuevas más conocidas. Allí vimos por primera vez a nuestros amigos los monos. Animales que veríamos en varias de las atracciones turísticas del país y que aunque habíamos visto alguno en Anuradhapura, allí fue donde vimos muchos y donde comprobamos lo peligroso que pueden ser, ya que vimos que atacaban a una chica para llevarse fruta que había comprado. De hecho en la zona de las cuevas al final oímos un ruido muy molesto , era para que los monos no se acercaran a las cuevas.
En las cuevas había un total de 153 estatuas de Buda, 3 estatuas de reyes srilanqueses y 4 estatuas de dioses y diosas (esto luego fue lo que leímos). Pero lo que realmente nos sorprendió fueron las pinturas. Budas habíamos visto y muchos en Anuradhapura, aunque igual no tantos a la vez, pero quizás por desconocimiento, a mi me parecian todos muy parecidos. A pesar de que fueran muy antiguos. Pero los murales leímos que cubren un área de 2100 metros cuadrados y son espectaculares. Las pinturas narran laos capitulos de la vida de Buda, la tentación de Buda por el demonio Mara y el primer sermón de Buda.
También algo de lo más increible de estas cuevas es que los habitantes del Sri Lanka prehistórico vivieron en estas cuevas antes de la llegada de budismo a la isla, pues hay sitios de entierros con esqueletos humanos del año 700 a. C., de hace unos 2700 años, que ha sido desenterrados en esta área.
No me acuerdo de cuanto nos costó, fueron unos 13$, el recorrido nos costó como unas dos horas. Subir, ver las cueves y bajar. Merece la pena porque quizás es algo diferente.
Abajo, al lado de la entrada (la primera foto) comimos al abrigo de los monos (al final nos tuvimos que mover porque nos vieron y vinieron al olor de la comida). Cogimos el Tuk-tuk y dimos un paseo por la ciudad. Bueno, no os penséis que es como una ciudad de aquí. andamos por la calle (por suerte en algunos tramos había aceras) y vimos algunas tiendas. Para acabar cansados por el calor y yéndonos de nuevo al alojamiento a disfrutar de un poco de tranquilidad después de una ducha merecida.
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