Michael Robinson ha fallecido a los 61 años a causa del cáncer con metástasis que le fue detectado en diciembre de 2018. Todos lo conocemos de ser comentarista deportivo y de un programa que fue un hito de la televisión "El día después". Pero antes de llevar su acento inglés que no desapareció nunca fue jugador cuando no se llevaban nombres en las camisetas, fue ganador de La Copa de Europa con el Liverpool y fue uno de los delanteros más conocidos de Osasuna.
Yo lo recuerdo de crio y seguro que tuve el cromo que pongo aquí.
He leído dos anécdotas muy buenas de él.
Una fue que Robinson fichó por Osasuna en invierno de la temporada 86-87, con el equipo en descenso y que buscó Osasuna en el mapa y no salía, pensó que Osasuna era un lugar incluso cuando llegó aquí. Al principio no aprendió mucho español. Sabía decir hola, adiós, cerveza... con eso bastaba. Y la segunda es que Robinson se sorprendió por cosas como que el vestuario rezaba antes de los partidos y le dijo a su padre: "fíjate que somos malos que rezamos antes de jugar".
Cuando su físico comenzaba a flojear en Liverpool, Robinson se planteó marcharse al extranjero y de las muchas ofertas que recibió hubo una que especialmente le llamó la atención, quizás era una de las peores ofertas, pero él quería jugar sus últimos años en un lugar en el que se sintiera apreciado. En una de sus últimas palabras respondió al tuit de un aficionado rojillo sobre su incorporación a Osasuna "¿Cuántas decisiones tomamos en la vida? Esta ha sido la mejor que yo haya tomado jamás".
Siempre estará en nuestro corazón rojillo y los goles que marcó cuando llegó. ¡¡Bye Bye!!
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