Hoy os voy a hablar de un cómic que me dejó una prima, que espero que esté leyendo esta reseña, y que me leí en apenas tres días. Y que la verdad es que me ha gustado un montón.
Hay que ser muy valiente, como lo es el autor Frederick Peeters, para crear y enseñar una obra como Píldoras azules y mostrar el lado más íntimo de su vida junto a su pareja Cati. La historia comienza con el joven Frederik y sus encuentros casuales con Cati, una chica algo mayor que él a la que conoce a través de unos amigos. Cuatro años después vuelven a encontrarse y Peeters ya es dibujante profesional y Cati está infelizmente casada y tiene un hijo. A partir de este momento se inicia una relación que estará marcada, en un primer momento por la confesión, y posteriormente, por la relación a tres entre ellos y la enfermedad, ya que Cati es seropositiva y esto le confiere una dimensión totalmente diferente a la historia. Las palabras V.I.H esconden muchos tabús y sobretodo mucha ignorancia.
No estamos ante una obra divulgativa o destinada a explicarnos la enfermedad, en esta historia veremos cómo evoluciona su relación, su amor, siempre con el Sida presente, teniendo que vivir con una especie de protocolo, en gran parte para que el autor y protagonista no sea infectado por el virus. Gracias a este cómic podremos dejar atrás los prejuicios y los miedos, leeremos las palabras de un médico, los miedos de Peeters y la crítica a la sociedad, la gran culpable de esos miedos infundados. Yo resumiría el Cómic como naturalidad con la enfermedad, sin caer en sentimentalismos ni en la autocompasión.
En el trazo del cómic el autor no utiliza una línea recta, todas son a mano alzada, dotando al dibujo de dinamismo, a veces limpio, a veces sucio, según le convenga trasmitir, haciendo uso de brillantes metáforas y mucha imaginación. Me encanta cuando están hablando en el sofá en la fiesta y están tan agusto que el sofá está en el mar y no importa más que ellos. O el rinoceronte que representa el miedo del autor. Este cómic en blanco y negro ha estado nominada a mejor obra en dos ocasiones, en el salón del cómic de Angoulême 2002. y en el salón del cómic de Barcelona 2005.
Para mi es una obra muy recomendada para todo el mundo, pero claro más especialmente para los que sufren, directa o indirectamente, el terrible virus que es el Sida. Si podéis... ¡No os lo perdáis! y Gracias Aitziber por dejármelo y haberlo conocido. Te lo devuelvo en cuanto estemos ;-)
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