Los dos días que faltaban hasta nuestro destino fueron más tranquilos. De hecho hicimos un pequeño cambio para que Ainhoa cumpliera su sueño o por lo menos algo que tenía muchas ganas. En vez de ir desde el hotel de Sequoya Park hasta Modesto en mitad del camino a San Francisco y luego el día siguiente a nuestro destino, fuimos a la costa y cogimos un hotel en Santa Cruz, muy cerca de San Francisco. Así veríamos la costa , la carretera también nos dijeron que estaba muy chula (así que cogimos un tramo de esa carretera) y así Ainhoa se bañaba en el Pacifico que le hacía mucha ilusión.
Nuestro primera parada fue Monterey (a ver cómo lo decís porque no tiene dos r's) Allí hicimos una ruta por casas históricas. Básicamente las casas históricas de aquellos sitios son las que han sobrevivido a terremotos e incendios. Fue curioso también por un momento dejar las cosas naturales y visitar casas de madera y adobe, una capilla del presidio (llegamos a la conclusión que el presidio no es una cárcel sino un fuerte, e incluso la casa dónde vivió Robert Louis Stevenson, el escritor de la Isla del Tesoro.
También había un mercado, donde pudimos ver que los mercadillos tanto de USA como los de aquí, como los de SanFermines, se parecen más de lo que pensábamos. Allí nos comimos nuestro emparedado y a la tarde, después de visitar unas cuantas casas curiosas más, nos fuimos a la playa a darnos un baño.
Nos he dicho que fue llegar a la costa y hacer un frío del carajo. Quizás estábamos a 20 grados, pero después de hacer unos 40 y con aire, y con niebla, pues la chaquetilla no venía mal. Así que el darse un baño en el pacifico se quedó en meter los pies en el pacifico. Allí la gente va a la playa en condiciones, se llevan barbacoa y toda la pesca, un chiringuito bien montado. Allí estuvimos haciendo el idiota como si fuéramos vigilantes de la playa corriendo.
Después del sueño, cogimos el coche y nos dirigimos a Santa Cruz. Con un tráfico de mucho cuidado, ya nos habían avisado que de 16 a 18 o 19 hay mucho tráfico en esa carretera y efectivamente. Hubo momento de estar hasta parados en el coche, pero queríamos ir a Santa Cruz a cenar y verlo un poco. Básicamente de ese pueblo vimos el puerto que era un gran parque de atracciones. ¡¡Increíble!! No tengo fotos para enseñaros (pero si ponéis en google podréis verlo), no sé si hicieron mis compañeras de viaje... pero imaginaros cinco montañas rusas, miles de tiendas, miles de recreativos,.. era inmenso y todo al lado del mar. Nos dio tiempo a dar un paseo y cenar y casi correr al hotel porque teníamos un frío que corriendo entrabamos un poco en calor. La verdad es que cambio de temperatura de un un lado al otro.
También había un mercado, donde pudimos ver que los mercadillos tanto de USA como los de aquí, como los de SanFermines, se parecen más de lo que pensábamos. Allí nos comimos nuestro emparedado y a la tarde, después de visitar unas cuantas casas curiosas más, nos fuimos a la playa a darnos un baño.
Nos he dicho que fue llegar a la costa y hacer un frío del carajo. Quizás estábamos a 20 grados, pero después de hacer unos 40 y con aire, y con niebla, pues la chaquetilla no venía mal. Así que el darse un baño en el pacifico se quedó en meter los pies en el pacifico. Allí la gente va a la playa en condiciones, se llevan barbacoa y toda la pesca, un chiringuito bien montado. Allí estuvimos haciendo el idiota como si fuéramos vigilantes de la playa corriendo.
Después del sueño, cogimos el coche y nos dirigimos a Santa Cruz. Con un tráfico de mucho cuidado, ya nos habían avisado que de 16 a 18 o 19 hay mucho tráfico en esa carretera y efectivamente. Hubo momento de estar hasta parados en el coche, pero queríamos ir a Santa Cruz a cenar y verlo un poco. Básicamente de ese pueblo vimos el puerto que era un gran parque de atracciones. ¡¡Increíble!! No tengo fotos para enseñaros (pero si ponéis en google podréis verlo), no sé si hicieron mis compañeras de viaje... pero imaginaros cinco montañas rusas, miles de tiendas, miles de recreativos,.. era inmenso y todo al lado del mar. Nos dio tiempo a dar un paseo y cenar y casi correr al hotel porque teníamos un frío que corriendo entrabamos un poco en calor. La verdad es que cambio de temperatura de un un lado al otro.
A la mañana siguiente pusimos rumbo a nuestro destino. Intentamos ver un parque que había de camino de lo que se llamaba Redwood, que son como una especie de secuoyas, pero sin ser tan anchas de tronco son mucho más altas y están más en la costa. Lo que pasa es que el parque era muy grande y no se podía ir con el coche hasta el visitor center y ya hasta allí igual teníamos hasta dos horas. Al final salimos de ese parque y fuimos a uno más adelante, era el Parque Año Nuevo. En este parque dejabas el coche en la entrada (por cierto no valía el pase de los parques porque era parque estatal) y cogías un camino de arena en algunas partes, que te llevaba casi hasta la playa dónde se podían ver focas elefantes. A mi me decepciono un poco porque en la temporada que íbamos nosotros apenas había focas (parece ser que en otra temporada hay hasta miles) y yo pensaba también que nos íbamos a acercar más, pero tampoco era tan cerca. Había unas voluntarias que te contaban un poco sobre las focas y así, pero sin no gustarme, me pareció un parque sin más. Si no tenéis mucho tiempo, no lo recomendaría.
De allí fuimos a San Francisco. El Golden Gate, la roca,... pero eso ya es de otra entrada.
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