martes, 13 de septiembre de 2016

Viaje Costa Oeste USA: San Francisco I

Lo primero que vimos en San Francisco como llegamos pronto, fue el Golden Gate, fuimos a verlo con el coche antes de entregarlo en la agencia. La verdad es que no sé si fue buena idea, primero porque lo vimos cómo iba a estar todos nuestros días con una niebla increíble que no ayudaba a verlo bien, en la foto se ve. Y después que después del puente había un mirador y estaba super petado aquello y casi no pudimos aparcar. Con un poco de suerte en la segunda vuelta encontramos un sitio. Así que pudimos ver el puente con la niebla, comer allí y helarnos de frío, porque como dije antes en la costa hacía frío, pues en San Francisco tuvimos de todo, calor, frío y sólo en 15 minutos de uno a otro. Allí con el aire y la niebla había fresquillo. Otra de las cosas porque igual no teníamos que haber ido fue porque a la vuelta hay un peaje en el que no puedes parar. Así que cuando llegas a Pamplona te viene un cobro del paso por el puente y eran 23$.

Después fuimos al hotel a dejar las cosas y devolver el coche. Por cierto nos querían cobrar la radio satélite y una tipa bastante borde. Al final hablamos con el encargado y nos quitaron esa radio que no era precisamente barata, ¡¡40$ nos querían cobrar!! 
Luego un paseo por el puerto, pero por el lado feo la verdad, aunque ese día jugaban los Giants de San Francisco a béisbol así que vimos un montón de gente y había mucho ambiente. También vimos una parada del típico tranvía, dónde da la vuelta y luego fuimos a Chinatown a cenar. No vimos mucho del barrio chino y nada más cenar nos fuimos a casa andando, porque ya estábamos cansados.

Ahí pudimos comprobar ya que lo de las cuestas es cierto. En la foto se ve, aunque sea del día siguiente. ¡¡¡Vaya pedazo de cuestas!!! La verdad es que esa primera tarde noche que estuvimos a mi me decepcionó un poco la ciudad. Decían que era la más europea y yo no veía lo distinto de otra ciudad americana. Sería con los dos otros días dónde veríamos la belleza de esta gran ciudad.


El día siguiente teníamos la visita a la roca, la cárcel de Alcatraz, pero como la teníamos a las 11:30 aprovechamos para visitar el famoso y turístico puerto 39 (Pear 39),ya que estaba al lado de dónde embarcabamos. Un puerto lleno de tiendas de souvenires, restaurantes y unas plataformas con unas focas que es de lo más visitado de la ciudad. El puerto lo visitamos casi solos, porque eran antes de las 10 y las tiendas y restaurantes estaban cerrados. Así que después de la visita a la cárcel volvimos a comer un crepe (por cambiar) y a visitar alguna de las tiendas que había para hacer las compras de última hora como regalos y cosas para recordar nuestro viaje.

En el puerto 33 cogimos el barco que nos llevó a la Roca, la que será sin duda la cárcel más famosa del mundo. La isla es muy pequeña y la visita es por dentro de la cárcel con un audio-guía que te va contando cómo era la vida en las celdas y también las vidas de los guardianes y sus familias que también vivían en la isla. Por supuesto no falta las historias de las fugas. Te cuentan un intento que acabó en una batalla campal entre presos y guardianes y aquella fuga que salía en la película de Clint Eastwood que no se saben si al final lograron escaparse. Te cuentan también las historias de presos famosos, entre ellos Al Capone, y así vas visitando esta cárcel. A mi lo que más me sorprendió fue el silencio que había. Todos estaban con el audio-guía y si te lo quitabas no se oía nada. La verdad es que muy recomendable.


Después de comer en el puerto 39 fuimos a ver la calle más famosa de San Francisco, Lombard Street. Es mundialmente conocida por un tramo específico de su trazado donde la calzada está distribuida en ocho virajes, que le otorgan el título de la calle más sinuosa de los Estados Unidos. Su concepción sinuosa se realizó en 1922 por el propietario Carl Henry, con el objetivo de reducir la pendiente de 27% que presentaba la calle, haciendo posible con esta medida que pudiera ser transitada por automóviles. Fuimos en mala hora, porque daba el sol y porque estaba lleno de turistas, así que la foto no pudo ser mejor.

De allí fuimos al Palace of Fine Arts, otro sitio muy cinematográfico de San Francisco. Vértigo y La Roca son dos de las películas que se han rodado allí. La verdad es que esos edificios tan grandes con el lago al lado hacen que sea un sitio muy chulo. También vimos a novias haciéndose fotos. Bueno no sabemos si eran novias o quinceañeras y la fiesta que se lleva tanto hacer en Sudamérica.

Allí. al parque, llegamos en autobús, para movernos cogimos autobuses y tranvías, aunque no el turística, sino los normales, los que cogen la gente de allí. Eran más baratos y puedes coger autobuses en las dos horas siguientes a coger el billete. Y lo mejor es que nadie te lo pide, así que sí, podemos confesar que hubo viajes que no cogimos billete. La verdad es que es bastante fácil y nadie te dice nada.


Al lado del Palace of Fine Arts, no sé si en el mismo parque o en uno al lado había algo que yo había visto por Intentet y que quería visitar. Era una tontería, pero la verdad ya que Los Ángeles no íbamos a visitar, porque no merecía la pena y no íbamos a visitar ningún estudio, que yo al ser tan cinefilo me hubiera gustado, pues buscando si había algo en SanFrancisco encontré que estaba LucasFilm y que había una fuente de Yoda a tamaño real. La verdad es que nos costó encontrarla, pero al final allí estaba. Ainhoa probó a entrar en el hall y estaba abierto, así que fuimos, vino una segurata enseguida preguntó a ver qué queríamos y le dijimos si podíamos hacernos unas fotos con las cosas que había en el hall que sólo iban a ser cinco minutos. Nos dijo que sin problemas. Darth Vader a tamaño real, un Stormtrooper o un Jango Fett, además de todos los premios y algunas figuritas pequeñas fue lo que vimos en el poco tiempo que nos dejaron. En esos 5 minutos volví a ser niño y a sorprenderme por cada cosa que veía. No fue mucho, pero no nos podemos quejar, porque luego intentaron entrar otras personas y ya no les dejaron. Fuimos unos privilegiados. Después al salir miles de fotos en la fuente, como la que veis (retocada en Pamplona con los sables de luz). Después cena y a dormir. 



Aquella noche fue agridulce. Dulce por esos cinco minutos y el haber conocido lo que nos habían contado de San Francisco y agria porque no nos quedaba más que un día. Sonaba a despedida.

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