miércoles, 7 de septiembre de 2016

Viaje Costa Oeste USA: Sequoya National Park

Las increíbles especies que íbamos a ver aquel día nos impresionaron a los tres muchos, pero había una chica que viviría el sueño del viaje. Iria quería abrazar una Sequoya. La Sequoya es un árbol muy longevo (Vimos, luego hablaré de él, uno de 2200 años) y la conífera más alta que existe, llegando a alcanzar 115,61 m de altura (sin incluir las raíces) y 7,9 m de diámetro en su base. Esto lo he sacado de Wikipedia, no penséis que me sé los datos de memoria. :-)
De hecho gracias a esto me he enterado que no sabía que el nombre por el cual actualmente son internacionalmente apeladas estas coníferas típicas de la Alta California y del Oregón les fue dado en homenaje al jefe cheroqui llamado Sequoyah, si bien cabe destacar que los cheroqui y su confederación habitaban en el centro-este de América del Norte y nunca en los lugares donde crecen estos árboles.

Como decía en la anterior entrada no pudimos visitar mariposa, pero ya teníamos planeado la visita al Parque Nacional de las Secuoyas, así que no nos importó. Es más, yo no he visto lo que hay en Mariposa Grove, pero yo recomiendo que si vais a esas tierras, no dejéis de visitar este parque. Ubicado en el sur del parque Yosemite y tiene una extensión de 1635 km². una de las características predominantes de este parque es el famoso bosque de las secuoyas gigantes.

Como todos los parques, aparcamos y luego cogimos un autobús. Pero esta vez nos tocó un día de muchos visitantes y los parkings que habíamos pensado el día anterior para hacer una de las caminatas estaban muy llenos, e incluso cerrados, así que todos al que estaba bastante lejos, y una cola para coger el autobús bastante grande. Al final vinieron varios autobuses y bastante rápidos, así que la espera no fue tanta (la verdad es que cabía mucha gente en esos microbuses) y llegamos bastante bien de tiempo a hacer el camino.

El recorrido que íbamos a hacer parecía típico, aunque vimos que lejos de dónde se empezaba tampoco había mucha gente y pudimos contemplar estas moles bastante solos y sin agobios. La caminata era circular y comenzaba donde está el conocido General Sherman, el árbol más grande del mundo. La verdad es que lo vimos desde arriba y hasta el final no volveríamos a verlo desde su base, pero llama la atención por su espectacularidad, pero curiosamente no más que otros ejemplares con nombre y sin nombre que vimos por el camino. Sherman mide 84 m de alto y 11 m de diámetro.

En la caminata como digo vimos varios muchas secuoyas, grandes, pequeñas, pero todas ellas espectaculares. Entramos en una que estaba casi vacía, vimos varias con nombres, el presidente, el congreso y la casa (donde varias secuoyas se juntaban en poco sitio). La caminata nos duró bastante, pero comimos en el camino (¿qué? Emparedado de queso y jamón) y sacamos miles de fotos. De hecho es una de las entradas que me está también costando saber qué fotos añadir.


Entre las fotos que hicimos, una de las fotos fue a Iria abrazando una secuoya. Luego de su sueño nos cogimos la mano los tres y abrazamos el mismo árbol. Como se ve en la foto, no cogemos ni una quinta parte de la totalidad del tronco. Ni que decir también que nuestra postura casi todo el camino fue de mirar hacía arriba, fue como estar en una película delante de la primera fila. Era increíble la altitud de las secuoyas. ¿Y qué decir de los pinos de alrededor? No creáis que eran pequeñitos, aunque ala lado de las coníferas rojas se quedaban chiquititos.

Luego cogimos el coche y la verdad es que tuvimos mucha suerte de aparcar en un parking de los de al lado del Visitor Center, ya que de ahí salía otro sendero, más corto alrededor del centro dónde veríamos más especies de las famosas y luego también con paneles explicativos de cómo se reproducen, de qué para ellas es bueno el fuego y muchas otras de sus características.

Seguro que ahora os preguntáis el porque del fuego. Os podría decir que lo mirarais en Internet, pero voy a ser bueno y os voy a explicar con mis palabras. Las secuoyas se adaptan bastante bien al fuego porque además de que en su madurez ya no tienen ramas en la parte baja del árbol su corteza es fibrosa, poco conductora de fuego y con muchas capas en ese tronco grueso que tienen de tal manera que proporciona una protección significativa del fuego para estos árboles (de hecho cuando golpeabas el tronco de la secuoya era como si estuviera hueco y muchos de los troncos que vimos habían sufrido incendios sin por eso dejar que el árbol siguiera su vida). También una frecuencia relativamente alta de incendios de baja intensidad ayuda a limpiar el área de competidores, al tiempo que ofrece suelos ricos para la germanización y además el calor generado por los incendios también ayuda a secar los conos y abrirlos. Así que ya veis que no es tan malo el fuego como lo pintan :-)

Después de ver aquellas moles volvimos al hotel. Ya nos quedaban pocos días y sólo uno para llegar a nuestro destino, San Francisco. Fue aquí dónde, por lo menos yo, vi que el viaje estaba llegando a su final. Mientras en los primeros días parecía que quedaba muchísimo y veías más cercano aquel viaje tan largo de ida, aquí ya con una sola mano te valía para contar los días que quedaban y lo malo no era eso, sino que sobraban dedos.

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