lunes, 17 de diciembre de 2007

¡¡¡Qué agobio!!!

Más vale que estuvimos sólo un día en Salvador... ¡¡Qué agobio!!!

Para todo lo que miraras tenías que pagar. Veías por la calle unos haciendo Capoira (es una cosa típica de este sitio sobretodo ya que Salvador es una ciudad en la que había muchos esclavos africanos que son los que inventaron esta especie de arte marcial mezcla con baile) pues tenías que pagarles. Veías a las Bahianas por la calle, hacías una foto y a pagar. Algunos niños se te acercaban para pedirte algo de comer. La verdad es que en Rio también habrá pobreza, pero fue en Salvador cuando vimos como la pobreza estaba en los sitios más turisticos.


De Salvador no vimos más que el barrio más tipico y centrico. El Pelourinho. Estaban guay las casas que eran como coloniales, un montón de iglesias y después el ambiente. Había un montón de música por la calle. Además nos tocó el día de Santa Barbara y todos iban vestidos de rojo en la parte de arriba y pantalones o faldas blancas. Había procesión y por ello había más gente, más música,... más de todo. También más pelmas.

Llegamos a la plaza típica de Salvador (creo que se llamaba el Terrario de Jesús o algo así) y yo creo que nos vieron la cara de tontos, de novatos. Se nos acercaron como tres o cuatro personas para atarnos unas cintas en las muñecas. Según ellos era gratis y eran típicas de Salvador. Te ataban con tres nudos y tenías que pedir tres deseos y supuestamente cuando se te cayera el deseo se te cumplía. Era gratis sí, pero entonces ellos sacan pulseras y collares para que les ayudes, que son pobre, que necesitan dinero, te van haciendo rebaja de los collares hasta que al final coges más por bonitos que fueran los collares por pelmas.


Pensamos que ya con esto sería suficiente, pero otro nos cogío por banda nos enseño una plaza que estaba en obras haciendonos de guía y al final volvío a sacar los collares para que le dieramos una ayuda. A partir de entonces y después de la foto con las bahianas que nos sacaron de nuevo dinero a cada uno, dijimos que nada más.

Vimos la procesión, la gente vestida de rojo, vimos al niño que decía "Qué pasa Neng!" y le dimos dinero porque de comer pedía mucho, los conciertillos (en uno había mucha policia y nos fuimos por seguridad), el mercado modelo que estaba abajo (se bajaba con un ascensor llamado "La cerda" y allí fue cuando dimos el salchichón a unos niños que se pelearon por él), nos enteramos de horarios de la lancha para ir al día siguiente a Morro, pero a la tarde nos fuimos a sentar como en una terraza y de nuevo timo. Un chaval nos sirvió le pagamos y se largó. Luego vino el camarero y tuvimos que pagar otra vez.

¡¡¡Qué agobio y qué mal cuerpo!! Pobres los que vinieron después a hablar con nosotros. Leon (creo que se llamaba) y el que hablaba muy bien español (Fueron a por Titi y Ana respectivamente) y parecían majetes pero ya no nos fiabamos de nada. Así que les dijimos lo del Candomblé y nos prepararon ir al rito típico de Salvador, pero al final no nos fiamos y fuimos con el albergue al Candomblé.

¿¿Candomblé?? No vayaís nunca. No lo recomiendo. Estuvimos, como era Santa Barbara, tres horas!!! Todo el rato tambores, bailaban y decían cosas. La gente que estaba viendo (eramos como 7 turistas y veiticinco no turistas y eran estos los que participaban) cantaba, repetía las frases, y daba palmas. Aunque había algunos que también echaban una cabezadita. Supuestamente es una religión con "Orixas" que son espirítus y que en el ritúal una de las personas es poseida por uno de esos espirítus. Yo, que por cierto estaba sólo porque separaban a hombres y mujeres, a parte de hacer un esfuerzo por no dormirme esperaba ese momento. Total que una de las mujeres tembló un poco y se cayó y ya está. La siguiente cosa que hicieron (ya ibamos por las dos horas o más) fue sacar comida. Aquí es cuando Maider alegró un poco la cosa (bueno yo me entere más tarde) con su comentarío: "¡¡¡dos horas y media para bendecir la mesa!!!". Ja,ja,... Al final lo mejor es que se acabó y pudimos irnos al albergue para dormir e ir pronto a la mañanica para Morro.

Pues lo dicho, yo recomiendo que un día es suficiente para Salvador, aunque hay gente que dice que el segundo día ya te acostumbras o te reconocen y no te dan más la brasa. Nosotros acabamos tan hartos que fue un alivio llegar a Morro. Eso sí que era un paraíso. Bueno, eso lo cuento en la siguiente entrada.

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